Basta con hacer del Warhol boricua apropiándose de la obra de otros, conocidos o no, para que también nos pretenda hacer creer que él también viene de ahí, cuando en verdad sabiendo que no, es una solemne pendejada. Este es uno de tantos problemas del vivir en esta ínsula, el que todo el mundo se conoce. Tercero: ¿Cómo es posible el mezclar técnicamente el papel de velvet con el óleo dejando ambas materias sin unirse en matrimonio? Y entonces aquí (otra pretensión) espera que lo aceptemos así como así, aquí el papel y allá la brocha. No, no, no. Esta ' doble imagen' ha sido ya manipulada por artistas como el gringo David La Salle, el jíbaro Carlos Fajardo, y algunos miembros del neoexpresionismo alemán de los años 80. Pero en éstos la imagen sobrepuesta se incorpora con la del segundo plano haciendo a su vez que esta segunda refuerce la sobrepuesta en un simulacro de primer plano. En Martorell ello no se da y se quedan ambas partes en conflicto; una tapa a la otra y esta otra rompe la armonía cromática de la primera, entonces; ¿hacia dónde vamos? El brochazo pierde su efectividad cuando se embarra sobre el velvet, lo que implica que aquí el medio dominó al propósito técnico. Cuarto. Esto de que "prefiero lo inacabado a la pintura final, las técnicas mixtas a las puras, el proceso al producto..." es una idea tan vieja como Picasso y el Cubismo. Toda pintura, una vez sale del taller para ser expuesta, está acabada. El final de la pintura está en cuando el público la ve. No hay técnicas mixtas, pero sí intercaladas, sincretizadas en una sola cosa, que es lo virtuoso del que la logra. Y si el producto no es bueno, ¿de qué valió el proceso? En realidad Martorell es un artista gráfico de primera y todavía lo recuerdo cuando era pesepero, con botas enlodadas y pantalones verdes de fatiga. Sus gráficas eran la esquicitez de aquella noble generación. Sus escritos son de un rococó criollo retoricista bastante interesante. Su dibujo es delicado y honesto, pero pretender ser pintor... Entendamos que el artista gráfico, ante todo es incisivamente lineal, mientras que la mentalidad del pintor es licuada, algo así como la de un alfarero. No se dibuja con pintura como tampoco se pinta sin pigmento. Y se me olvidaba; la obra cumbre que sintetiza y logra con sumo éxito esta plegaria es la titulada "En bandeja de plata", porque conceptualmente y técnicamente sí logra lo que deseaba; un producto final. Gracias, Dr.Pit von Pigg PhD. mayo de 2004 © |
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